viernes, 29 de febrero de 2008

5 X 2

I. Lo que es.
Saúl se pone el sombrero. La prenda que cubre su cabeza, dispara el recuerdo de Malena.
Saul y Malena caminan por la plaza de San Antonio. El fotógrafo lleva su cámara en la mano, la mujer camina agitando su falda por los bordes. Saúl le va a tomar una foto, pero ella se cubre la cara con las manos. El fotógrafo insiste, pero ella se echa a correr por el parque. Finalmente, el fotógrafo la tiene lista para un Close-Up, pero Malena le mete los dedos en la lente antes de que la pueda capturar. El joven molesto se sienta en uno de los muros y limpia el lente. Malena se echa a reír, sentada en el piso al lado de Saúl. Pronto se aburre de estar ahí y se va a escuchar la música que toca un guitarrista en otro lado del parque. Malena baila al ritmo de los acordes flamencos del músico, mientras Saúl la ve a lo lejos, tratando entenderla.
Malena esta desnuda frente a la ventana del cuarto de Saúl. El fotógrafo esta en la cama y fuma. Él mira los destellos verdes y azules que envuelven el cuerpo de ella. Es la última noche, juntos. Malena se alista para partir la mañana siguiente. Se mete entre las sábanas del fotógrafo por última vez. Esa noche no se toman fotos; Saúl no está de humor. Él tiende su cabeza sobre el regazo de la mujer, mientras le acaricia las piernas. La luz del alba irrumpe en el cuarto de Saúl e ilumina su último momento juntos. Él sabe que ella debe partir, pero eso no lo hace más fácil. Ella sabe que hoy tiene que terminar, su camino está en otra parte. Él se pone el sombrero, de manera que le cubra los ojos. Ella se viste y le acaricia la espalda. Saúl no la mira. Malena se va. Él no la sigue.
II. Lo que fue.
Saúl se puso el sombrero; la prenda en su cabeza le disparó el recuerdo de Malena.
Saúl y Malena caminaron por el parque de San Antonio. El fotógrafo llevó su cámara en la mano, la mujer caminó agitando su falda por los bordes. Saúl le iba a tomar una foto, pero ella se cubrió la cara con las manos. El fotógrafo insistió, pero ella se echó a correr por el parque. Finalmente, el fotógrafo la tenía lista para un Close-Up, pero Malena le metió los dedos en la cámara antes de que la pudiera capturar. El joven, molesto, se sentó en uno de los muros y limpió el lente. Malena se río, sentada en el piso al lado de Saúl. Pronto se aburrió de estar ahí y se fue a escuchar la música que un guitarrista tocaba al otro lado del parque. Malena bailó al ritmo de los acordes flamencos del músico, mientras Saúl la vio a lo lejos, tratando de entenderla.
Malena estuvo desnuda frente a la ventana de Saúl. El fotógrafo estuvo en la cama y fumó. Él miró los destellos verdes y azules que envolvían el cuerpo de ella. Era la última noche, juntos. Malena se alistó para partir la mañana siguiente. Se metió entre las sabanas del fotógrafo por última vez. Esa noche no tomó fotos, no estaba de humor. Él tendió su cabeza sobre el regazo de la mujer, mientras le acariciaba las piernas. La luz del alba irrumpió en el cuarto de Saúl e iluminó su último momento juntos. El sabía que ella debía partir, pero eso no lo hizo más fácil. Ella sabía que tenía que terminar ese día, su camino estaba en otra parte. Él se puso el sombrero, de manera que le cubriera los ojos. Ella se vistió y le acarició la espalda. Saúl no la miró. Malena se fue. Él no la siguió.
III. Lo de siempre.
Saúl se ponía el sombrero, esa pieza le disparaba el recuerdo de Malena.
Saúl y Malena caminaban por el parque de San Antonio. El fotógrafo llevaba su cámara en la mano, la mujer caminaba agitando los bordes de su falda. Saul estaba por tomarle una foto, pero ella se cubría la cara con las manos. El fotógrafo insistía, pero ella se echaba a correr por el parque. Cuando el fotógrafo la tenía lista para un Close-Up, Malena metía los dedos al lente de la cámara, antes que la pudiera capturar. El fotógrafo molesto se sentaba y limpiaba la cámara. Ella se reía, sentada en el piso al lado de Saúl. Pronto se aburría de estar ahí y se iba a escuchar a los músicos que tocaban en algún lugar del parque. Malena bailaba al ritmo de los acordes flamencos de la música. mientras Saúl la veía a lo lejos, tratando entenderla.
Malena estaba desnuda frente a la ventana de Saúl. El fotógrafo estaba en la cama y fumaba. Él miraba los destellos verdes y azules que envolvían el cuerpo de ella. Siempre era su última noche, juntos. Malena se alistaba para partir la mañana siguiente. Se metía entre las sabanas del fotógrafo por última vez. Esa noche, Saúl no tomaba fotos, no estaba de humor. Él tendía su cabeza sobre el regazo de la mujer, mientras le acariciaba las piernas. La luz del alba irrumpia en el cuarto de Saúl e iluminaba su último momento juntos. El sabía que ella tenía que partir, pero eso no lo hacía más fácil. Ella sabía que tenía que terminar ese día. su camino estaba en otra parte. Él se ponía el sombrero, de manera que le cubriera los ojos. Ella se vestía y le acariciaba la espalda. Saúl no la miraba. Malena se iba. Él no la seguía.
IV. Lo que será.
Saúl se pondrá el sombrero y se disparará el recuerdo de Malena.
Caminaran juntos por el parque de San Antonio. El fotógrafo llevará su cámara, ella caminará boleando los bordes de su vestido. Saúl estara a punto de tomarle una foto, pero ella se cubrirá la cara con las manos. Él insistirá, pero ella se echará a correr por el parque. Cuando el fotógrafo la tenga lista para un Close-Up, Malena le meterá los dedos al lente de la cámara, antes de que la pueda capturar. El fotógrafo molesto se sentará y limpiará la cámara. Ella se reirá, sentada en el piso al lado de Saúl. Pronto se aburrirá de estar ahí y se ira a escuchar a los músicos en algún lugar del parque. Malena bailará al ritmo de los acordes flamencos de la música, mientras Saúl la verá a lo lejos, tratando entenderla.
Malena estará desnuda frente a la ventana de Saúl. Él fotógrafo estará en la cama y fumará. Él mirará los destellos verdes y azules que envolveran el cuerpo de ella. Esa será su última noche, juntos. Malena se alistará para partir la mañana siguiente. Se meterá entre las sábanas del fotógrafo por última vez. Esa noche, Saúl no tomará fotos, no va a estar de humor. El tenderá su cabeza sobre el regazo de la mujer y acariciara sus piernas. La luz del alba irrumpirá en el cuarto de Saúl e iluminará su último momento juntos. El sabrá que ella tiene que partir, pero esto no lo hará más fácil. Ella sabrá que tiene que terminar ese día, su camino estará en otra parte. El se pondrá el sombrero, de manera que le cubra los ojos. Ella se vestirá y le acariciará la espalda. Saúl no la mirará. Ella se irá. Él no la seguirá.
V. Lo Eterno.
Por el parque corren los amantes. Las fotos se disparan, los rostros se ocultan. Los juegos se hacen eternos, ella corre, él no la atrapa. Los dedos cegan a la cámara. Malena rie y baila. Los músicos siguen sus movimientos al acorde de sus pasos flamencos. Saúl trata entenderla.
Malena se desnuda frente a la ventana de Saúl. Los cigarrillos se consumen, las horas se agotan. Es la última noche. Los cuerpos se reprochan y se reconcilian entre las sábanas. No hay fotos, el flash no los perturba. Sólo la luz del alba entra por la ventana, para acompañar su último momento juntos. En la desnudez todo se sabe.
El sombrero de Saúl cubre sus ojos, Malena se viste para partir. Las manos se deslizan por la espalda del fotógrafo escribiendo un adios. La puerta se cierra. Saúl queda sólo, bajo su sombrero.

1 comentario:

Narrativas II dijo...

Poseemos problemas Camilo, me encanta como suenan todos, bueno, uno sólo me parece que definitivamente no funciona: lo que fue. No atrae mucho narrativamente en este caso. Pero no podría decidir fácilmente con los otros, lo que es me gusta mucho, lo de siempre, aún más y lo de siempre, también. No sé, podrías optar por varias voces y tiempos narrativos, ¿podría ser? Tienes que decidirlo, de acuerdo a lo que la historia mía te exija.