miércoles, 14 de mayo de 2008

X: Un rostro muy viejo y sin ojos

Mi boca me sabe a sangre y tierra. Finalmente encuentro a la mujer que tan desesperadamente estaba buscando. Ella me lava las heridas, mientras yo busco las palabras para decirle lo que desde hace tantos días vengo pensando. Recostado contra una de las paredes veo a mi padre; él se arranca los cueritos de sus nudillos desechos.

-¿Cómo te llamas?- le pregunto.
-¡Aura!- responde una voz muy grave desde la oscuridad en el fondo de la habitación.

Es Aura a quien he estado buscando. Desde la silla en que estoy sentando veo como ella corre hasta donde ese hombre, prende una lámpara y con un trapo húmedo le refresca su cara. Un rostro lleno de cicatrices, arrugas y sin ojos.
-Me da mucha pena con ustedes por lo que les hizo James, eh. Pero el sólo estaba tratando de cuidarnos- dice Aura al coger las manos de ese hombre para lavarlas.

Yo me tambaleo hasta ellos, para verlos más de cerca. Mi papá me agarra por un hombro, para que no me caiga.
-Ya nos han hecho demasiado daño, sólo queremos empezar a sanar- dice Aura, al tiempo que le hace una curación a los ojos de su padre. – Mi papá ya pagó por sus errores, todos lo hicimos- susurra la mujer, mientras señala con su dedo la cicatriz que atraviesa su rostro.

Me quedo observando esa cara sin ojos, que no me es extraña del todo. Ante las palabras y cuidados de Aura, las lágrimas se deslizan por los surcos de la cara maltrecha del hombre. Siento que algo presiona el dorso de mi mano. Es mi padre pasándome la cámara.
Encuadro a la hija que consuela a su padre. Una luz dorada se cuela por la tejas, rodeándolos a ambos. Es el retrato de los corazones rotos; de las personas que no pueden escapar a su pasado, pero son valientes para soñar con un tiempo mejor. La luz a través de la cámara lastima mi ojo, me siento incapaz de tomarla. En ese momento, Aura voltea a mirarme por un instante. Se muerde el labio y asiente en un gesto de complicidad, antes de volver su atención a su padre. Respiro profundamente, tomo la foto y exhalo dejando salir todo el aire de mis pulmones.
-Es una foto muy bella- me dice mi padre.

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